Hoy de nuevo os voy a hablar de la desconocida conocida y que es lo que me impulsa a escribir otra vez sobre ella. Pues bien, cada segundo, cada minuto, cada momento, por pequeño que sea, está en mi cabeza; pensando y pensando en ella sin parar.
Los que más me conocen sabrán que no suelo pensar, ni mucho ni poco, pero estoy observando que, con este diamante en bruto que un buen día me encontré por la que, según los lugareños, es la gloria de España, me comporto de manera diferente...
Yo creo que me he vuelto un poco más sensible y alguien al que le afecta un poco más al terror de toda relación, me estoy refiriendo a nuestra "querida" distancia.
Ahora mismo estas palabras no saldrían de no ser porque estoy añorando esos abrazos que ella me da, esos bonitos besos al despertar por la mañana, esa sonrisa cuando se le dice algo desde el sentimiento...
Tanto añorar, tanto echar de menos, tiene como consecuencia que salte alguna que otra lagrimillaa, corriendo a través de mis mejillas, para finalmente acabar en el olvido.
Estas lagrimillas son fruto de la majestuosidad de los momentos en los que se está junto a ella y que no se pueden repetir mientras se permanece en la cruda realidad y en los quehaceres. obligatorios Salen a relucir sobre todo en momentos de soledad cuando se está en lugares en los que estuve alguna vez a gusto con ella...
Vuelvo a hacer referencia a quien más me conoce, que de sobra saben que ni me afecta nada ni lloro por nada, que soy frío como el hielo, pero ahora este hielo se está derritiendo para fluir hacia la felicidad suprema, claro, como no, junto a ella.
Creo que voy a dejar de escribir más porque no me salen las palabras debido a esas lagrimillas y también porque todo lo que escriba sobre ella es poco para describir lo que es y en lo que me está convirtiendo.
P.D.
Como dije antes, anoto la hora de finalización, jeje... son las 6:47, hora del ordenador.